La
necesidad indeleble del ser humano de pertenecer a una manada. El compromiso
implícito que algunos se inyectan por defender cualquier causa que tenga que
ver con su grupo.
Todo el
mundo quiere tomar partido, todo el mundo toma un bando. De un pronto a otro
Villalta y la izquierda son la solución, de un pronto a otro todos son
heredianos.
Ven dos
partidos del fútbol español al año (los clásicos) y ya son culés a muerte o
madridistas envenenados. No entiendo esa necesidad de la gente de llevar todo
al extremo, a la fanaticada.
He visto a
cada ridículo poner en sus perfiles que aman el fútbol, pero sólo ven los
partidos de Costa Rica, cuando hablan de Messi dicen que no sería nadie sin
Xavi e Iniesta pero por nada del mundo sacan el rato para leer estadísticas.
Pasan
leyendo aldía o Everardo Herrera, para ver de qué forma basurean al equipo
rival, pero si están dando Stoke City vs Norwich lo quitan, no hay motivación.
Se les olvida que la motivación es el fútbol, no Faitelson, ni Mario Segura, ni
la próxima estupidez que diga Lagos o Elías Palma.
Entonces, si
se siente identificado, déjeme decirle, usted no es aficionado al fútbol, usted
es fanático de un equipo.
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