miércoles, 23 de noviembre de 2011

Certificado de vida grandiosa!








La búsqueda del éxito no acaba con la consecución de una meta. De hecho es el primer paso, el siguiente una vez alcanzado el objetivo es: alardear acerca de ello.

Antes, cuando las redes sociales no formaban parte de cada una de las actividades diarias del ser humano, era muy gratificante darse cuenta en persona de las alegrías de los demás, fuese la decisión de una pareja de unir sus vidas en matrimonio, la compra de un vehículo nuevo o la obtención de un ascenso.

Lo interesante de este intercambio de información es que se compartía lo necesario únicamente con personas de confianza, amigos y familiares que realmente le daban importancia. Creo que deben ser muy pocos los que se encuentran un compañero del colegio que no veían en años y le dicen: "hey vieras que feliz soy, estoy casado, tengo un auto del año, mi mujer es hermosa y constantemente estamos viajando, en fin ... tengo una vida perfecta".

Actualmente Facebook hace que muchas personas vivan haciendo "checks" de sus vidas, auto nuevo- check, novia nueva (súper enamorados y mejor pareja del mundo) - check, estado físico óptimo - check y la lista se extiende.

De igual manera ha creado una necesidad de certificar, dónde estoy y que cosas "cool" estoy haciendo, en este aspecto a Facebook se le unen Twitter (comentar lo que sea, literalmente lo que sea) y Foursquare ("estoy aquí"), ni hablar de los que van a un concierto a verlo a través de la pantalla de su celular, graban como 17 canciones y un año después no han visto nada, su celular está lleno y deciden borrar el video que con tanto esfuerzo grabaron en medio de la multitud.

No existe una forma estándar de usar las redes sociales, no hay un manual y no debe haberlo, al final del día cada quien hace lo que más le gusta y eso es excelente, siempre tendremos una historia que contar. Sólo quiero pensar que todavía existe gente humilde que se guarda para sí misma ciertas cosas muy personales, que no piensa que Dios tiene Facebook, que comenta sus problemas con sus amigos al calor de una cerveza o un café o bien que hace una buena obra y no la certifica digitalmente. "Que no sepa tu smartphone en la mano derecha lo que hace tu izquierda".