martes, 17 de julio de 2012

Carta abierta a Paté Centeno (Por un manudo)

The Joker - El Guasón
Creo que en los últimos años la película de Hollywood que más me ha gustado es la famosísima secuela de Batman “The Dark Knight”, realmente es una de esas que puedo ver y ver sin cansancio. La actuación de Christian Bale como Batman es la mejor que he visto, pero no es por el enmascarado héroe que la recuerdo, sino por el sublime papel de Heath Ledger como el guasón.

El guasón generó en mí muchos sentimientos, odio por ejemplo, alguien que disfruta haciendo el mal sólo porque sí. Creatividad, cada una de sus fechorías estaba llena de imaginación y planeamiento minucioso. Calidad, fue el mejor villano que pudo tener Bruno Díaz, al punto de hacerle perder a la mujer que amaba y manchar su reputación (perdón por el spoiler).

Bueno, en mi caso, como liguista de nacimiento, Paté Centeno fue como el guasón y aunque siempre fue el villano, hoy en su despedida quiero agradecerle. Sí señores, gran sorpresa para los que esperaban que me burlara de su ropa, su pelo aplanchado o su manía por hablar en tercera persona. Pues no, la verdad me importa un soberano pepino lo que haga en su vida personal.

Como amante del fútbol hoy quiero darle las gracias a Paté por hacerme sentir como una basura, por mandarme a la universidad un lunes a ser víctima de las burlas de mis amigos morados, ese tiro libre en el último minuto, ese centro con veneno al área chica, esas, ¡¡esas cosas!!

Todos esos malos momentos me enseñaron y formaron, aprendí que por más que mi rival me haga sufrir, hay que tener la humildad y el respeto hacia el fútbol de aceptar que el capitán del equipo del frente es un gran jugador.

Me fue fácil admirarlo –en la cancha nada más – su facilidad para cubrir el balón, para filtrar pases quirúrgicos, para elevar el amor por una camiseta e impregnar de su actitud prepotente a toda una afición, no pasaron por alto. Lo acepto: por temporadas sentí envidia de ese liderazgo para orquestar un estadio que se entregaba al  frenesí, aquel momento del Saprissa difícilmente lo volverán a vivir de la misma manera.

Le agradezco también todo lo que hizo por la selección, por darle identidad, polémica, por generar movilidad en la media cancha, pero más que todo por unirse al Pato López y cumplir mi sueño de ver una media cancha decente en la tricolor, al menos una vez en la vida.

Finalmente, Paté gracias, gracias por perder ese balón en la semifinal contra la Liga, porque ese contragolpe, ese gol me hizo recordar que en el fútbol como en la vida siempre hay chance de revancha y pude gritarte ese gol en la cara como vos lo hiciste con nosotros tantas veces.

Para este viernes, morados, despídanlo como se merece, se lo que se siente que tu ídolo se vaya, es un vacío muy difícil de llenar. Y recuerden, “Impossible is Nothing”.